Que hermosa gracia. ¡Nos dejaste! ¡Estás presente! ¡Te amé y te amo, compañeras desde el feto. Compinches, nos escuchamos, nos entendíamos. Tanto amor que volviste de la luna de miel porque yo no paraba de llorar,
hasta que mamá te fue a buscar. Hermosa, sencilla, sin
pretensiones, ni envidia, ni egoísmo. Una noche vino un ángel y te
llevó. No te olvido.
Tu hermana carmona, Mati
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sábado, 14 de febrero de 2015
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