24 MAYO 2007 VIGENTE 2008-08-09
La conversación del cuerpo y el alma
- ¿Otra caída?
- Será que mis gemidos nocturnos pidiendo a mamá Farida, el querer volver a su vientre.
- ¿El querer ser de otra manera a lo que soy?
- ¿Qué pasa con mi cuerpo? ¿Está lastimado? ¿Está obsesionado? ¿Está pidiendo ayuda?
- ¿Pero qué tipo de ayuda? Me pasé la vida en la búsqueda. ¿Y ahora qué?
- ¿Me resisto a que tengo la edad de la prudencia, de la quietud? El alma no quiere parar. Tengo fuerza, grita, alegría, creatividad.
- Me llaman cosmopolita del mundo.
- Otra caída fue fuerte, muy fuerte, para el cuerpo una más de tantas.
- El alma pregunta de qué golpe me hablan. Yo estoy intacta; puedo seguir viajando, escribiendo, estudiando.
- El casamiento, Estados Unidos 2005 fui baile pasó; ¡Piero en mi cuerpo, en mi alma, siguen estando frescos los recuerdos reales. Un acontecimiento que guardo en una cajita en el medio de mi corazón r el temor de los demás. Me por mi es muy fuerte.
- El alma apoya mi cuerpo y le dice: “vas a estar bien, tu pierna va a estar bien, tu brazo va a estar bien, y tu cara también va a estar bien”.
- Tengo fe, alma, ganas.
- Tus amigos, ¿dónde están?
- Sólo dentro de mí tuve infinidades de amigos, abstractos, intocables, del pasado, del presente y del futuro.
- ¿Tenes historia, recuerdos?
- Sí, muchas...reales, fantásticas, llenas de vida, lejanas, cercanas. En mi mente bailan, danzan y danzan; tienen un color inalcanzable, mezcla de un desierto cuando amanece y cuando se oculta el sol para darle pasó a la luna, que brilla sobre arena rojiza y ondulante por los vientos del Jamzín.
- Tengo ganas de hacer cosas diferentes, tan diferentes como mi nacimiento: pateé el mundo al nacer como si ya la rebeldía viniera con mis pies.
¡No puedo parar el tiempo!
¡No puedo parar las olas!
¡No puedo parar la noche!
¡No puedo parar el día!
Y el cuerpo pregunta: ¿a qué juegas?
- ¿Sabes que estás parada sobre una sola rueda, tambaleás, caés y volvés a caer?
- Pero me levanto como la paloma herida; oigo cada instante que dicen por ahí: “Es grande, ¿qué pretende?...ya vivió, hay cosas peores”.
- El alma me dice: “no escuches, no oigas. Vos podés.”
- Mi cuerpo escucha con una envoltura de tristeza, y me lo demuestra cada día.
- Yo no quiero oír, tengo miedo. Quiero luchar y luchar; hoy estoy con mi cuaderno y mi birome.
- Mi pensamiento fluctúa, sube y baja.
- Oigo el sonido de mis huesos, converso con ellos.
- Es más fuerte el campanario del alma, que brinca y baila con la música celestial. No quiero competir con los huesos; los toco, les hablo, son míos... y ellos hacen de mí lo que quieren. El alma los sostiene, la fuerza del ave fénix nace, muere y renace.
- Mientras el alma esté en pie y me apoye, volará muy alto el pájaro que llevo en mí.
4 /2OO7 MATILDE YADID DE CHAMI
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jueves, 4 de septiembre de 2008
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